THE THIR­TEENTH FLOOR

La rep­re­sentación de la con­tem­po­ranei­dad es una de servi­dores y mue­bles negros (plo­mo, luto, mis­te­rio, Sat­urno) y tinte azul (estaño, leal­tad, aus­teri­dad, Júpiter), una sola esce­na en este crono­topo es col­ori­da y es cuan­do el héroe/homicida coge de su canas­to una camisa amar­il­la (cobardía, cod­i­cia) ensan­grenta­da (mar­tirio cris­tiano, vida, pasión). La camisa, la vis­tió el asesino y la san­gre era de Fuller.

Los servi­dores esta­ban en el piso que dio nom­bre al largome­tra­je, en ellos los parpadeos elec­tróni­cos orde­nan el uni­ver­so arti­fi­cial (¿vali­do?) y mis­te­rioso, que resul­ta ser la creación que destruyó a su creador tan­to en el caso de Ash­ton vs. Whit­ney como el de Real­i­dad Vir­tu­al vs. Fuller. El mito de Edipo está impli­ca­do en este razon­amien­to si con­sid­er­amos que Ash­ton tropieza con el robo de la vida de Whit­ney, y RV despo­ja a Fuller de creerse real.